domingo, 16 de octubre de 2016

Hoy es uno de esos días...

No vivo anclada al pasado. Pero es un hecho demostrable que una parte de mi que quedó con él. En aquella habitación. 

Siempre me han dicho que soy una tía fuerte, demasiado madura para mi edad. ¿Pero que ocurre cuando a la tía dura le dan bajones? ¿Qué ocurre cuando un día todo se resquebraja y no se que hacer? ¿Qué ocurre cuando la tía fuerte quiere llorar? Cuando se siente sola, cuando piensa que su vida podría ser diferente.

Los fuertes no somos tan fuertes como parece. Hay días en los que me encantaría quedarme en la cama, viendo pelis, pensando que todo es una mierda. Y hoy es uno de esos días. Se que se me pasará, que mañana ya estaré otra vez en mi línea, 

Pero hoy es uno de esos días en los que me cuestiono que hubiera pasado si... Y así con todo. Canciones tristes. Sonrisa forzada. Ganas enormes de llorar. No es echar de menos mi vida anterior, ni de coña lo quiero. Es difícil de explicar. Es un sentimiento raro, un nudo en el pecho que no me deja romper a llorar, que me ahoga. 

Parece que estoy bien, que voy de dura, pero por dentro estoy más rota que la figurita de cristal que se cae del mueble de la televisión, rompiendo su silueta en mil y un pedazos. Supongo que a esto se referían cuando en su momento me hablaban de "depresión transitoria", que dura un día y luego se va.

Hoy me encantaría recibir un abrazo fuerte, de esos que cortan la respiración. Pero al mismo tiempo no tengo los cojones suficientes para pedirlo. Hoy me siento sola, a pesar de que se que estoy rodeada de personas maravillosas.

Hoy es uno de esos días mierder nivel extremo. Hoy, hoy, no es mi mejor día.

viernes, 26 de agosto de 2016

Podría escribir...

Podría escribir sobre aquello que más se, o sobre todo lo que no tengo ni idea. Escribir sobre el amor o el desamor. Sobre la alegría o tristeza. Sobre aquello que me anima a seguir adelante o sobre todo lo demás que me echa para atrás. Podría escribir sobre mis miedos, mis inseguridades, todo aquello que mueve mi mundo. Podría escribir de tantas cosas que al final todo se queda en nada, palabras sueltas, sin sentido.Vuelvo a un punto de mi vida en el cual no se que quiero, al menos se quién soy que ya es un paso. Supongo que en esto se basa la vida, en idas y venidas, una montaña rusa llena de inseguridades que, a veces, te lleva a lo más alto y otras te lleva al agujero más negro y mohoso de tu existencia, del cual tienes que salir, sacando fuerza de donde te quede y correr, para no volver a él jamás.

Pero ya os digo que podría escribir de tantas cosas que no se por donde empezar. Podría hablar de mi miedo a la muerte, del pánico que le tengo. De mi miedo a quedarme sola, a no avanzar en lo que quiero, a sentir que defraudo a aquellos a los que quiero. Aunque supongo que defraudar a la gente con tus decisiones venga inscrito en el ADN y sea cosa de la naturaleza. Total, no podemos contentar a todo el mundo.

Podría escribir de todo aquello que no me gusta de la sociedad, de lo que busco en las personas que me rodean. De las veces que me han decepcionado, me han cortado las alas y han pretendido que permanezca con los pies en la tierra. Podría contaros la de veces que han pretendido organizarme la vida a corto, medio y largo plazo. También contaría la de veces que me he enfadado por ello. Podría contaros que me fastidia que se me juzgue por mi forma de ser y de ver la vida.

También os digo que podría hablaros de lo bien que estoy siendo una mujer independiente, que no espera nada de aquellos a los que la sociedad denomina "príncipes azules". Que me gusta estar en igualdad con aquellos del sexo opuesto y no sentirme inferior. Podría escribiros también que hace relativamente poco intentaron arrebatarme esos valores, y hacerme ser sumisa e ingenua. Pretendieron que no me diera todas las hostias que me quedan y que me fuera por el camino sencillo. Obviamente no lo permití, no por joderle a él, sino por mi misma. Por orgullo. Por amor propio.

Podría contaros que me quiero mucho a mi misma, y me pongo por encima de muchas personas. Algunos lo llamaréis egocentrismo, yo lo llamo ser fuerte. Podría contaros lo poco que me gusta que me controlen o me intenten manipular, ya pasé por ello una vez y no espero que se vuelva a repetir.

Os contaría lo que busco de aquella persona que quiero que comparta mis días y también os aseguraría que ahora mismo no me obsesiono por ello, cuando tenga que llegar, llegará. De momento a mis 22 años voy a dedicarme a VIVIR.

Podría contaros tantas cosas que, al final, no os contaría nada que llenara vuestros ojos cotillas. Podría escribir y escribo sobre lo que me da la gana, sin importarme la opinión del público.

Podría escribir y escribo porque me apasiona.

domingo, 21 de agosto de 2016

No juzgues a una persona por tener piercing.

Hace un mes alguien me dijo que con un piercing no iba a ser un buen ejemplo a seguir, que como futura maestra debería quitármelo, que mis alumnos iban a querer copiarme y que como madre que quería ser iba a dar muy mal ejemplo a mis hijos. Quizá este sea uno de los muchos motivos por los que a día de hoy no sigamos juntos. Pero voy a contarte algo, y sí, te dedico esta entrada guapo.

He estado trece días con chicos y chicas entre 12 y 16 años, además de niños y niñas entre 9 y 12 años. Toda una diversidad, cada uno de su padre y de su madre. Con sus dudas, sus inseguridades, sus miedos, sus ilusiones, sus sonrisas, sus esperanzas, sus sueños. Hemos compartido vida durante trece días, más que suficientes para que ellos me hayan dejado marca y yo haya marcado un trocito de su pequeño corazón.

Muchos de ellos son niños y niñas que veo de año en año, que no tengo más contacto con ellos que esos trece días. Cada año que pasa les ves un poco menos pequeños y un poco más mayores. Ves el estirón que pegan, lo mucho que maduran en cuanto a razonamientos y las ganas que le ponen a la vida. Este año estaba con 13 adolescentes a los que había que dar ejemplo, doce si quitamos a mi hermana que ya le doy ejemplo todos los días. Te diré algo, el piercing no condicionó para nada el cariño que todos los niños y niñas recibieron por mi parte, ni los consejos, ni los abrazos, ni las riñas. El piercing en mi nariz no condicionó que los chavales se me acercaran, me preguntaran, me pidieran mimos e incluso que discutieran conmigo. El piercing no condicionó que una madre me dejara a su bebé de trece meses.

Muchos curiosos como niños que son me preguntaban por qué me lo había hecho, que si dolía y cuánto hacía que lo tenía, pero no lo hacían para juzgar después, sino porque simplemente les removía esa curiosidad, muchas veces inocente, que les caracteriza. Una tarde, en el tiempo libre, unas cuantas niñas de sexto de primaria se sentaron a mi lado para que les contase como es mi vida en Oviedo y salió el por qué del piercing. Yo les expliqué, como lo hice contigo en su momento, que el piercing marcaba un antes y un después en mi vida, una señal que indicaba que atrás había quedado la Noemí débil y ese mismo día había salido la Noemí que hace lo que le da la gana sin romper sus valores y sin importarle lo que diga el mundo. Obviamente no les dí más detalles, que no dejan de ser niñas. Una de ellas me abrazó y me dijo que era la mejor, que ojalá ella fuese tan fuerte como yo y no se dejase llevar por lo que los demás opinasen.

Se encuentran en una edad difícil, los doce, esa edad en la que aún no sabes si tienes el pavo o eres una niña. Esa edad en la que si te llaman "gorda" el mundo con todo su peso se te cae encima para aplastarte y ahogarte. Te voy a decir algo, aquellas palabras de esa niña me hicieron ver que lo estoy haciendo bien y que ya sea con un piercing en la nariz, estoy demostrando a niñas con debilidad que hay que ser fuerte en este mundo tan desigual.

Así que para ti probablemente una madre con un piercing sea la peor de las madres o una maestra con un piercing sea de las peores. Pero yo te digo que el físico es solamente eso, físico y el exterior es solamente eso, exterior. Que lo realmente importante son los valores que puedes transmitir a la infancia, que es el futuro de la sociedad.

domingo, 3 de julio de 2016

¿Parece mentira? Pues yo lo siento más real que nunca

Simplemente siento. No puedo ni explicar que es lo que siento porque es un cúmulo de buenas sensaciones. Hace un par de meses una persona me decía: "No pienses en que necesitas tantos meses de duelo, no pretendas crear una coraza de tía dura, de chica sin sentimientos. Porque cuando menos te lo esperas, en el momento indicado va a aparecer alguien que te joda los esquemas, te derrumbe la fachada y vuelvas a sentir plenamente". Y llevaba razón.

No soy una persona que exprese lo que siente. No soy una persona que muestre sus sentimientos. Los encierro por miedo a sufrir, dicen que chocamos dos veces con la misma piedra, pero cuando la piedra te jode, pocas ganas te quedan de sentir.

Pero de repente, cuando menos te lo esperas. Cuando las tiritas van poco a poco cerrando las heridas, llega alguien que te ayuda a curarte. Y... ¡Chimpún, catapún chimpún! Empiezas a sentir más de lo que te habías jurado no volver a sentir. Empiezas a sonreír a todas horas, a cantar a gritos las canciones, a valorar los pequeños detalles. Pero con los pies en la tierra, creo que esa es la gran diferencia entre mi yo de antes y mi yo de ahora. Mi yo de antes ya habría jurado amor eterno de por vida, mi yo de ahora disfruta de cada momento. 

Que no es la mirada, es quien te mira. Como cuando sientes algo que nunca habías sentido y lo mejor es averiguar que es. Solo se que merece la pena luchar por aquello que te hace sentir vivo, y tú me haces sentir más viva que nunca. ¿Sabes como reconocer a alguien especial? Por los abrazos, porque cuando te dan uno de esos que hacen que se pare el tiempo y rezas para que ese momento sea eterno, ese es el abrazo perfecto.

Tendemos a cometer el error de esperar a que pase algo tan caótico que le dé la vuelta a la vida para dar el paso. Para arriesgarse, probar cosas nuevas. Decir te quiero, sentir, enamorarse, VIVIR.

¿Qué tal un así por qué si? Porque me apetece, aquí y ahora y contigo. 

Y no, no se que me deparará el futuro, no se que será de mi mañana, pero se que quiero recorrer mi presente contigo.

Pasa porque tiene que pasar, porque aún te sientes vivo y pasa porque estás conmigo.





domingo, 12 de junio de 2016

El postureo

Nos estamos convirtiendo en parejas "postureo" (¿yo por qué hablo en primera persona del plural?). Ahora importan más la cantidad de "me gusta" de facebook o instagram que los momentos que viven con la otra persona. Soy la primera a la cual el móvil se le ha convertido en una prolongación de la mano (creo que no hay más que ver mi Snapchat, que cuando me aburro no callo. Aunque eso también me pasa en la vida real, mi madre puede corroborarlo). Pero en los buenos momentos intento desconectar los datos y olvidarme de que existe. Es difícil, pero es interesante lo que otra persona te puede contar, aunque el tema sea lo más aburrido del mundo, puedes conocer a una persona por como te cuenta las cosas. Su mirada, esa sonrisa, ese brillito en los ojos cuando le interesa un tema, esos pequeños detalles que marcan las cosas. Lo mismo pasa con los momentos. Bien es cierto que yo soy una persona enganchada a las redes sociales, pero solo os cuento lo que me interesa, es mejor tener filtro a que sepáis todo lo que me ocurre.

Al final me pongo a hablar de mi y me voy del tema... Decía al principio de esta entrada que cada vez son más las parejas "postureo". Son aquellas parejas que se hacen doscientas fotos de cada momento que viven juntos y suben esas doscientas fotos a las redes sociales. ¿En que momento disfrutáis de lo que estáis viviendo? Y no me vengáis con la frasecita de "disfrutamos juntos" porque cuando vives pendiente de las fotos no vives. Que conste que yo me alegro de que seáis felices, pero no es necesario demostrarlo o al menos no es necesario enseñar todo a todo el mundo.

Somos una sociedad internatizada (¿existe esa palabra? Si me la acabo de inventar, ole yo). Recordad que los momentos se disfrutan. Si, se inmortalizan, pero pensad que no hay obligación de publicarlos.

Y si, ahora me diréis "¡Ah claro como tú no tienes novio te dedicas a criticar al resto! No, que cuando lo tenía, disfrutaba de los momentos. Vale, luego podía poner cualquier mariconada por facebook, pero era reacia a hacerme fotos y tener que subirlas a una red social. Es más, cuando hice la terapia de choque de borrar todo fue la mar de sencillo, no tenía absolutamente casi nada subido a las redes sociales.

Aunque me vuelva a enamorar, aunque vuelva a empezar con una persona, aunque comparta mi vida con alguien de nuevo. Esos momentos serán nuestros y, salvo algún hecho destacable, nadie va a saber si voy o vengo. ¡O mejor! Unos pocos sabrán si voy o vengo, simplemente quien me interese. Porque nunca va a faltar en mi ordenador esa carpeta de "momento inolvidables" pero será privada, no pública en facebook. Porque esos momentos serán solo mios.

PD: En 13 días os marearemos por facebook con fotos de la Confirmación de la pequeñaja de la casa. No nos lo tengáis en cuenta.

martes, 7 de junio de 2016

¡Puta!


Nosotras somos las primeras en descalificarnos como personas. ¡Manda narices! Esta mañana me desperté viendo esta imagen en Facebook. Resume un poco mi yo actual. Creo que en Diciembre dejé de lado a la Noemí dulce e inocente y pasó a protagonizar mi vida una Noemí que suda de los estereotipos, que respira, que pisa fuerte, que las opiniones del resto le importan poco, que por fin soy yo misma. Y me siento mejor persona. Sí chicas, a todas nos gustan las visitas inesperadas, que el chico que nos gusta se presente en nuestra casa o en nuestro lugar de trabajo y nos de una sorpresa, regalos así porque sí, sin venir a cuento. Pero, os voy a contar un secreto: A ELLOS TAMBIÉN. No os hacéis una idea de lo gratificante que es romper con lo establecido. Dejar de lado los estándares de una relación y pasar a la igualdad. Porque conozco chicas que opinan que debe ser el chico quién debe dar, y la mujer únicamente sentirse mimada. A mi me puede dar un pampurrio si llego a ese punto. Que sí, que yo antes era de esas. Pero no me llenaba, al final te encuentras con un gilipollas manipulador y pasas a ser un marioneta. Por eso es mejor luchar por la libertad y la igualdad. Que si hay que discutir por pagar la cuenta y terminar con un cónclave de besos y un revoltijo de sábanas (voy a ser fina hablando) pues se termina. Que las mujeres también somos activas sexualmente y nos gusta ¡Sorpresa! Siempre y cuando no me vea forzada a ello, al menos en mi caso. He aprendido a disfrutar de la vida, de los pequeños momentos, que el aquí y ahora cobra especial importancia, porque mañana puede terminarse el mundo y a ti te quedan cosas por hacer. Se tú misma, olvídate de todo lo que piensen los demás. Una mente loca es mucho más sexy que alguien que sigue patrones de conducta. Desmelenate, rebelate, rompe con las cadenas de una sociedad que nos toma como débiles. Haz lo que te apetezca y que le jodan al mundo. Sobre todo se feliz.

lunes, 6 de junio de 2016

Y pasa porque tiene que pasar.

"Acuérdate cómo fue, de lo que sentiste aquella noche. Y pasa porque tiene que pasar, y pasa porque aún te sientes vivo. Porque estábamos los dos y la noche quiso ser noche. El sonido que susurraba mirándonos. Cómo pudimos parar el tiempo, si solemos correr detrás de él, pero aquella noche era diferente. Y pasa porque tiene que pasar, y pasa porque aún te sientes vivo. Porque al fin y al cabo la vida no es más que un tiempo corto que te da la oportunidad de salir de lo establecido, de sentirte agusto y sentirte bien. Porque esa noche solo nos escuchábamos a nosotros, solo había luces, y era la de la luna, la de la luna y la de tus ojos, que brillaban tumbados mirándome, estaban contentos. Escuchabas esa voz que te decía "está pasando" y está pasando ahora, y el ahora se convirtió en para siempre. Porque en la vida ríes y lloras y vuelves a ello una y otra vez. Y al día siguiente volverás a lo establecido y volverás a esa rutina, pero no será lo mismo. No será lo mismo porque te acordarás de aquella noche, la noche en que te saltaste las normas, conmigo. Y pasa porque tiene que pasar, y pasa porque aún te sientes vivo, y pasa porque tiene que pasar, y pasa porque estás conmigo."