miércoles, 24 de febrero de 2016

Por ello no dejo de ser más adulta, ¿O si?

Una vez alguien me dijo que hiciera todas las locuras que pudiera mientras aún era joven. Pero que solamente pudieran disfrutar de ellas unos pocos privilegiados, porque sino todo el mundo iba a terminar tachándome de inmadura. Soy una chica bastante madura para mi edad, ya no lo digo yo porque sonaría egocéntrico y pretencioso, me lo dice el resto de la gente, pero también tengo mis bobadas de chica de 21 años. Me encuentro en ese momento en el que tengo que ser adulta y a la vez no quiero dejar a la niña que llevo dentro (me quedan dos meses para los 22 y ni lo había pensado). Si, puedo comportarme como una adulta cuando es necesario, pero tan solo unos pocos saben que me puede dar la risa floja por cualquier bobada y pasarme horas riendo, que puedo reír y llorar al mismo tiempo y que soy fan de todas y cada una de las películas de Disney (y que se admiten maratones de las mismas). Pero no por ello dejo de ser más adulta, ¿O si?

martes, 16 de febrero de 2016

Caperucita dejó de llorar y decidió darle patadas a la vida.

Y estaba enganchada a él. Como un drogadicto a la heroína. Cono un ratón de biblioteca a un buen libro. Como un compositor a su guitarra.
Se había estancado. Su vida no avanzaba y se sentía perdida en un mundo que no paraba de girar.
Había echado al lobo de su vida, para siempre. Pero el lobo, en esos quince meses consiguió moldear a Caperucita y ahora que el lobo se había ido, una parte de Caperucita lo hacia con él. Y así fue como Caperucita se quedó sin cuento, pero puso fuerza y voluntad para crear su propio cuento.
Así fue como, por primera vez en la historia de los cuentos, Caperucita no era la víctima.

lunes, 1 de febrero de 2016

Febrero

Febrero. Mes nuevo, vida nueva (ya, ya se que es año nuevo y vida nueva. Soy muy de cambiar dichos). Mi madre hace dos dias me dijo: "A partir de ahora cuando te levantes y te mires en el espejo pregunta ¿Qué ves? Porque te devuelve el reflejo de una mujer fuerte y valiente". Ayer una gran amiga me dijo "Cuqui, eres una de las mujeres más fuertes que conozco, no te puedes dejar comer por nadie". Ambas tienen razón, a pesar de ser "yo misma", poco a poco fui moldeada para ser alguien que no quería, sin darme cuenta. Todo empezó con pequeñas cosas, pequeños detalles que fueron cambiandome como persona, anulando esa fuerza hasta convertirme en una marioneta a su gusto. Si, seguia teniendo mi caracter, pero consentia demasiadas cosas. Ahora estoy desorientada en un mundo que sigue dando vueltas, que no se para a esperarme y no puedo seguir así. Tengo que volver a encontrar a la Noemí de hace un año, demostrarme a mi misma que no se fue tan lejos. Enseñarme que, al final, no fui tan condicionada como parece que lo estoy y que esa parte de mi sigue escondida en algún lugar. Que no se ha ido con el primer insulto. Que esa parte de mi no se fue con él. Algo empezó a cambiar en verano y creí que me sentia mal por no estar con él. En realidad es que esa parte de mi que estaba escondida volvía a salir. En cambio opté por enterrarla de nuevo.
Esta vez toca levantar la cabeza y demostrarme a mi misma que soy una mujer con ovarios.
Bienvenido Febrero, bienvenida nueva vida.