lunes, 26 de noviembre de 2012

Si cuando escribo nadie se molesta, aunque solo sea un poco, significa que lo que escribo no vale de nada

No escribo para que descarguéis toda vuestra furia contra mi. No. Simplemente mi cabeza divaga (como me ha dicho hoy a la hora de comer un loco). Escribo lo que siento, lo que pasa por mi cabeza en ese momento. No escribo para nadie. No me refiero solo a este blog, me refiero a todas y cada una de las redes sociales que tengo. Es como si la sociedad se hubiera puesto de acuerdo y decidiera privarme de mi libertad de expresión. Mientras no ponga nombres, estoy salvada.
Así que si os enfadáis cuando escribo las cosas en twitter y sobre todo en este blog ¡Chapó! Significa que aunque me tengáis un poquito de asco debo de ser imprescindible en vuestras vidas para seguir leyéndome. Quién sabe.
No voy a dejar de hacer algo que me apasiona, que me enamora, que hace que me desahogue en mis peores momentos, que cuando me siento en el ordenador las manos me van solas y plasmo lo que verdaderamente siento en ese momento, de la mejor manera posible.
Escribir es una escapatoria, podría dar un gran grito en plena calle pero me tacharían de loca. Me da igual lo que penséis, si os gusta o si os disgusta. Pienso seguir escribiendo.
Qué se de por aludido quien quiera. Me he cansado. Cansada de ver como no puedo poner en ninguna de mis redes sociales nada porque me atacáis, no puedo desahogarme porque me usáis de escusa barata para dejar a vuestra pareja. ¿A qué límite hemos llegado? Intuyo que si me da por poner una entrada diciendo que quiero a tal persona llegáis a la bonita conclusión de que alguien me gusta o mejor he vuelto con mi ex. Ya si en twitter me da por quejarme sacáis que va por vosotros y me atacáis.
Pensad antes de actuar. Antes de atacarme o usarme como escusa leer dos veces. Porque no vais a conseguir que deje de escribir. Poco a poco este blog se ha convertido en parte de mi y me da igual lo que penséis.
Una vez un sabio me dijo: "Pasa de lo que te rodea, preocupate por la gente que te quiere y que de verdad hace cosas por ti. Ellos si valen la pena. ¿Qué el resto del mundo quiere joder la marrana? Tranquila, solo te hacen falta tus palabras para hundirles. Se fuerte"
(Mi manía por acabar mis entradas con frases de mi hermano)

martes, 20 de noviembre de 2012

Después de diez meses y dos días.

Se terminó bajar la cabeza cada vez que te veo. Se acabó quererte evitar. Finalizó el preocuparme por ti. Terminaste de ser algo importante, por mínimo que fuera, en mi vida.
No me das pena, ni miedo. Mucho menos siento algo por ti. No. No quiero saber más de ti, te eliminé de whatsapp. No vales ni como amigo, ya que has seguido mintiendo y a las pruebas me remito.
No puede ser que después de todo lo que me hiciste pasar, que te ceda una oportunidad de tenerme como amiga, que ni te la mereces, y vuelvas a las andadas inventando enfermedades.
Somos dos extraños con recuerdos en común. Pero no sueñes que te vuelva a hablar. Es mejor así. He descubierto que por mucho que lo intentes tú eres de esas personas que no cambia. Necesitas la mentira para vivir y yo no soy así, no funcionas en mi vida ni como pareja ni como amigo.
Que te vaya bien. Sí. No voy a desear que te caigas por las escaleras, abrirte la cabeza y a ver si así se te iba esa manía de mentiroso compulsivo. No. Mis padres me enseñaron a no guardar rencor y mi hermano que al Enemigo ni Agua. Olvida que existo o que existí en tu vida como yo he conseguido hacer contigo. No te voy a negar que cuesta. Es difícil. Pero cuando has logrado la meta, se es muy feliz.
A partir de hoy no existes. Eres como antes de ese 25 de Mayo de 2010 uno más entre un millón. Quien verdaderamente vale la pena en mi vida soy yo misma, suena egocéntrico pero es así.
Que como me dijo una vez alguien de 28 años a quien quiero mucho: "Princesa, cabrones hay en todos los lados pero príncipes solo en los cuentos. No llores ni malgaste tu vida por un imbécil que evitó que esa sonrisa saliera a la luz. Fue bonito mientras duró. Pero hay más cabrones esperando a que los conviertas en príncipes azules."
Adiós bonito recuerdo, adiós.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Inspiración vía ask

Es mirarle y temblar, esa sonrisa tonta vuelve a invadir mi rostro, esas mariposas en el estómago parecen cebras y me vuelvo tartamuda. Y es que sus ojos me matan, su sonrisa y esa manera de llamarme "Enana", lo que puede matar un amor cuando no es correspondido. Lo que duele verle en brazos de otra, saber que el sabor de sus labios, ese que tanto te imaginas, otra mucho más alta y guapa lo está degustando a todas hotas. Y la distancia, ese cruel enemigo que siempre está ahi, jodiendo la vida, haciendo que cada noche sea él quien invade mis sueños, que sea inevitable quitarmelo de la cabeza. Y es que, esta claro, que no elegimos de quien nos enamoramos, es el corazón quien juega la baraja, a pesar de que te mate por dentro y tu cabeza diga algo totalmente diferente. Y es ahí, cuando únicamente te conformas con hablarte con él, porque, de momento, es a lo único que se puede aspirar

Comerme el mundo

A veces miro a mi hermana y me encanta su vida. Está en esa fase en la que es infantil y a la vez pre-adolescente. ¿Dónde quedó esa época de mi vida? La echo de menos. Ahora siendo mayor de edad, las responsabilidades han aumentado y los problemas también. Ya no me vale ir llorando a mamá con la frase: "Mamá, no me gusta" y que por arte de magia mi madre me saque de los problemas. No. Ahora soy yo la que se da cuenta de todo. No me callo ante las injusticias hacia los miembros de mi familia. Me llevo dando demasiados golpes y discutido con personas por bobadas. Quizá he perdido a alguien muy especial pero todo cambiará. Me choco, y me vuelvo a chocar con la misma piedra. Pero no aguanto ciertas cosas que quizá con diecisiete años y medio si me callaba.
He perdido al supuesto príncipe azul y digo supuesto porque de príncipe tenía poco. Me lamenté durante un tiempo. Si. Pero luego abrí los ojos y empecé a valorar a todas las personas que me rodean y consiguen sacarme una sonrisa. Entendí que por un chico no se pierde la vida, y que a cada cerdo le llega su San Martín. Le he perdonado (al menos eso creo) pero no he olvidado nada de lo que pasó...
Y se acabó de hablar de él que si me descuido le dedico la entrada. No se la merece.
¿Ahora? Soy feliz. Muy feliz. Nadie me pisa. Mi sonrisa siempre está presente en mi cara. Me siento orgullosa de mi misma por conseguir superar el golpe y levantar la cabeza.
Voy a comerme el mundo, reír de todo aquello que me parezca absurdo. Recuperar las ganas locas de pasarlo bien. Se que soy capaz de hacer mil cosas y de que nada ni nadie me va a cortar las alas para poder volar.