domingo, 16 de octubre de 2016

Hoy es uno de esos días...

No vivo anclada al pasado. Pero es un hecho demostrable que una parte de mi que quedó con él. En aquella habitación. 

Siempre me han dicho que soy una tía fuerte, demasiado madura para mi edad. ¿Pero que ocurre cuando a la tía dura le dan bajones? ¿Qué ocurre cuando un día todo se resquebraja y no se que hacer? ¿Qué ocurre cuando la tía fuerte quiere llorar? Cuando se siente sola, cuando piensa que su vida podría ser diferente.

Los fuertes no somos tan fuertes como parece. Hay días en los que me encantaría quedarme en la cama, viendo pelis, pensando que todo es una mierda. Y hoy es uno de esos días. Se que se me pasará, que mañana ya estaré otra vez en mi línea, 

Pero hoy es uno de esos días en los que me cuestiono que hubiera pasado si... Y así con todo. Canciones tristes. Sonrisa forzada. Ganas enormes de llorar. No es echar de menos mi vida anterior, ni de coña lo quiero. Es difícil de explicar. Es un sentimiento raro, un nudo en el pecho que no me deja romper a llorar, que me ahoga. 

Parece que estoy bien, que voy de dura, pero por dentro estoy más rota que la figurita de cristal que se cae del mueble de la televisión, rompiendo su silueta en mil y un pedazos. Supongo que a esto se referían cuando en su momento me hablaban de "depresión transitoria", que dura un día y luego se va.

Hoy me encantaría recibir un abrazo fuerte, de esos que cortan la respiración. Pero al mismo tiempo no tengo los cojones suficientes para pedirlo. Hoy me siento sola, a pesar de que se que estoy rodeada de personas maravillosas.

Hoy es uno de esos días mierder nivel extremo. Hoy, hoy, no es mi mejor día.

viernes, 26 de agosto de 2016

Podría escribir...

Podría escribir sobre aquello que más se, o sobre todo lo que no tengo ni idea. Escribir sobre el amor o el desamor. Sobre la alegría o tristeza. Sobre aquello que me anima a seguir adelante o sobre todo lo demás que me echa para atrás. Podría escribir sobre mis miedos, mis inseguridades, todo aquello que mueve mi mundo. Podría escribir de tantas cosas que al final todo se queda en nada, palabras sueltas, sin sentido.Vuelvo a un punto de mi vida en el cual no se que quiero, al menos se quién soy que ya es un paso. Supongo que en esto se basa la vida, en idas y venidas, una montaña rusa llena de inseguridades que, a veces, te lleva a lo más alto y otras te lleva al agujero más negro y mohoso de tu existencia, del cual tienes que salir, sacando fuerza de donde te quede y correr, para no volver a él jamás.

Pero ya os digo que podría escribir de tantas cosas que no se por donde empezar. Podría hablar de mi miedo a la muerte, del pánico que le tengo. De mi miedo a quedarme sola, a no avanzar en lo que quiero, a sentir que defraudo a aquellos a los que quiero. Aunque supongo que defraudar a la gente con tus decisiones venga inscrito en el ADN y sea cosa de la naturaleza. Total, no podemos contentar a todo el mundo.

Podría escribir de todo aquello que no me gusta de la sociedad, de lo que busco en las personas que me rodean. De las veces que me han decepcionado, me han cortado las alas y han pretendido que permanezca con los pies en la tierra. Podría contaros la de veces que han pretendido organizarme la vida a corto, medio y largo plazo. También contaría la de veces que me he enfadado por ello. Podría contaros que me fastidia que se me juzgue por mi forma de ser y de ver la vida.

También os digo que podría hablaros de lo bien que estoy siendo una mujer independiente, que no espera nada de aquellos a los que la sociedad denomina "príncipes azules". Que me gusta estar en igualdad con aquellos del sexo opuesto y no sentirme inferior. Podría escribiros también que hace relativamente poco intentaron arrebatarme esos valores, y hacerme ser sumisa e ingenua. Pretendieron que no me diera todas las hostias que me quedan y que me fuera por el camino sencillo. Obviamente no lo permití, no por joderle a él, sino por mi misma. Por orgullo. Por amor propio.

Podría contaros que me quiero mucho a mi misma, y me pongo por encima de muchas personas. Algunos lo llamaréis egocentrismo, yo lo llamo ser fuerte. Podría contaros lo poco que me gusta que me controlen o me intenten manipular, ya pasé por ello una vez y no espero que se vuelva a repetir.

Os contaría lo que busco de aquella persona que quiero que comparta mis días y también os aseguraría que ahora mismo no me obsesiono por ello, cuando tenga que llegar, llegará. De momento a mis 22 años voy a dedicarme a VIVIR.

Podría contaros tantas cosas que, al final, no os contaría nada que llenara vuestros ojos cotillas. Podría escribir y escribo sobre lo que me da la gana, sin importarme la opinión del público.

Podría escribir y escribo porque me apasiona.

domingo, 21 de agosto de 2016

No juzgues a una persona por tener piercing.

Hace un mes alguien me dijo que con un piercing no iba a ser un buen ejemplo a seguir, que como futura maestra debería quitármelo, que mis alumnos iban a querer copiarme y que como madre que quería ser iba a dar muy mal ejemplo a mis hijos. Quizá este sea uno de los muchos motivos por los que a día de hoy no sigamos juntos. Pero voy a contarte algo, y sí, te dedico esta entrada guapo.

He estado trece días con chicos y chicas entre 12 y 16 años, además de niños y niñas entre 9 y 12 años. Toda una diversidad, cada uno de su padre y de su madre. Con sus dudas, sus inseguridades, sus miedos, sus ilusiones, sus sonrisas, sus esperanzas, sus sueños. Hemos compartido vida durante trece días, más que suficientes para que ellos me hayan dejado marca y yo haya marcado un trocito de su pequeño corazón.

Muchos de ellos son niños y niñas que veo de año en año, que no tengo más contacto con ellos que esos trece días. Cada año que pasa les ves un poco menos pequeños y un poco más mayores. Ves el estirón que pegan, lo mucho que maduran en cuanto a razonamientos y las ganas que le ponen a la vida. Este año estaba con 13 adolescentes a los que había que dar ejemplo, doce si quitamos a mi hermana que ya le doy ejemplo todos los días. Te diré algo, el piercing no condicionó para nada el cariño que todos los niños y niñas recibieron por mi parte, ni los consejos, ni los abrazos, ni las riñas. El piercing en mi nariz no condicionó que los chavales se me acercaran, me preguntaran, me pidieran mimos e incluso que discutieran conmigo. El piercing no condicionó que una madre me dejara a su bebé de trece meses.

Muchos curiosos como niños que son me preguntaban por qué me lo había hecho, que si dolía y cuánto hacía que lo tenía, pero no lo hacían para juzgar después, sino porque simplemente les removía esa curiosidad, muchas veces inocente, que les caracteriza. Una tarde, en el tiempo libre, unas cuantas niñas de sexto de primaria se sentaron a mi lado para que les contase como es mi vida en Oviedo y salió el por qué del piercing. Yo les expliqué, como lo hice contigo en su momento, que el piercing marcaba un antes y un después en mi vida, una señal que indicaba que atrás había quedado la Noemí débil y ese mismo día había salido la Noemí que hace lo que le da la gana sin romper sus valores y sin importarle lo que diga el mundo. Obviamente no les dí más detalles, que no dejan de ser niñas. Una de ellas me abrazó y me dijo que era la mejor, que ojalá ella fuese tan fuerte como yo y no se dejase llevar por lo que los demás opinasen.

Se encuentran en una edad difícil, los doce, esa edad en la que aún no sabes si tienes el pavo o eres una niña. Esa edad en la que si te llaman "gorda" el mundo con todo su peso se te cae encima para aplastarte y ahogarte. Te voy a decir algo, aquellas palabras de esa niña me hicieron ver que lo estoy haciendo bien y que ya sea con un piercing en la nariz, estoy demostrando a niñas con debilidad que hay que ser fuerte en este mundo tan desigual.

Así que para ti probablemente una madre con un piercing sea la peor de las madres o una maestra con un piercing sea de las peores. Pero yo te digo que el físico es solamente eso, físico y el exterior es solamente eso, exterior. Que lo realmente importante son los valores que puedes transmitir a la infancia, que es el futuro de la sociedad.

domingo, 3 de julio de 2016

¿Parece mentira? Pues yo lo siento más real que nunca

Simplemente siento. No puedo ni explicar que es lo que siento porque es un cúmulo de buenas sensaciones. Hace un par de meses una persona me decía: "No pienses en que necesitas tantos meses de duelo, no pretendas crear una coraza de tía dura, de chica sin sentimientos. Porque cuando menos te lo esperas, en el momento indicado va a aparecer alguien que te joda los esquemas, te derrumbe la fachada y vuelvas a sentir plenamente". Y llevaba razón.

No soy una persona que exprese lo que siente. No soy una persona que muestre sus sentimientos. Los encierro por miedo a sufrir, dicen que chocamos dos veces con la misma piedra, pero cuando la piedra te jode, pocas ganas te quedan de sentir.

Pero de repente, cuando menos te lo esperas. Cuando las tiritas van poco a poco cerrando las heridas, llega alguien que te ayuda a curarte. Y... ¡Chimpún, catapún chimpún! Empiezas a sentir más de lo que te habías jurado no volver a sentir. Empiezas a sonreír a todas horas, a cantar a gritos las canciones, a valorar los pequeños detalles. Pero con los pies en la tierra, creo que esa es la gran diferencia entre mi yo de antes y mi yo de ahora. Mi yo de antes ya habría jurado amor eterno de por vida, mi yo de ahora disfruta de cada momento. 

Que no es la mirada, es quien te mira. Como cuando sientes algo que nunca habías sentido y lo mejor es averiguar que es. Solo se que merece la pena luchar por aquello que te hace sentir vivo, y tú me haces sentir más viva que nunca. ¿Sabes como reconocer a alguien especial? Por los abrazos, porque cuando te dan uno de esos que hacen que se pare el tiempo y rezas para que ese momento sea eterno, ese es el abrazo perfecto.

Tendemos a cometer el error de esperar a que pase algo tan caótico que le dé la vuelta a la vida para dar el paso. Para arriesgarse, probar cosas nuevas. Decir te quiero, sentir, enamorarse, VIVIR.

¿Qué tal un así por qué si? Porque me apetece, aquí y ahora y contigo. 

Y no, no se que me deparará el futuro, no se que será de mi mañana, pero se que quiero recorrer mi presente contigo.

Pasa porque tiene que pasar, porque aún te sientes vivo y pasa porque estás conmigo.





domingo, 12 de junio de 2016

El postureo

Nos estamos convirtiendo en parejas "postureo" (¿yo por qué hablo en primera persona del plural?). Ahora importan más la cantidad de "me gusta" de facebook o instagram que los momentos que viven con la otra persona. Soy la primera a la cual el móvil se le ha convertido en una prolongación de la mano (creo que no hay más que ver mi Snapchat, que cuando me aburro no callo. Aunque eso también me pasa en la vida real, mi madre puede corroborarlo). Pero en los buenos momentos intento desconectar los datos y olvidarme de que existe. Es difícil, pero es interesante lo que otra persona te puede contar, aunque el tema sea lo más aburrido del mundo, puedes conocer a una persona por como te cuenta las cosas. Su mirada, esa sonrisa, ese brillito en los ojos cuando le interesa un tema, esos pequeños detalles que marcan las cosas. Lo mismo pasa con los momentos. Bien es cierto que yo soy una persona enganchada a las redes sociales, pero solo os cuento lo que me interesa, es mejor tener filtro a que sepáis todo lo que me ocurre.

Al final me pongo a hablar de mi y me voy del tema... Decía al principio de esta entrada que cada vez son más las parejas "postureo". Son aquellas parejas que se hacen doscientas fotos de cada momento que viven juntos y suben esas doscientas fotos a las redes sociales. ¿En que momento disfrutáis de lo que estáis viviendo? Y no me vengáis con la frasecita de "disfrutamos juntos" porque cuando vives pendiente de las fotos no vives. Que conste que yo me alegro de que seáis felices, pero no es necesario demostrarlo o al menos no es necesario enseñar todo a todo el mundo.

Somos una sociedad internatizada (¿existe esa palabra? Si me la acabo de inventar, ole yo). Recordad que los momentos se disfrutan. Si, se inmortalizan, pero pensad que no hay obligación de publicarlos.

Y si, ahora me diréis "¡Ah claro como tú no tienes novio te dedicas a criticar al resto! No, que cuando lo tenía, disfrutaba de los momentos. Vale, luego podía poner cualquier mariconada por facebook, pero era reacia a hacerme fotos y tener que subirlas a una red social. Es más, cuando hice la terapia de choque de borrar todo fue la mar de sencillo, no tenía absolutamente casi nada subido a las redes sociales.

Aunque me vuelva a enamorar, aunque vuelva a empezar con una persona, aunque comparta mi vida con alguien de nuevo. Esos momentos serán nuestros y, salvo algún hecho destacable, nadie va a saber si voy o vengo. ¡O mejor! Unos pocos sabrán si voy o vengo, simplemente quien me interese. Porque nunca va a faltar en mi ordenador esa carpeta de "momento inolvidables" pero será privada, no pública en facebook. Porque esos momentos serán solo mios.

PD: En 13 días os marearemos por facebook con fotos de la Confirmación de la pequeñaja de la casa. No nos lo tengáis en cuenta.

martes, 7 de junio de 2016

¡Puta!


Nosotras somos las primeras en descalificarnos como personas. ¡Manda narices! Esta mañana me desperté viendo esta imagen en Facebook. Resume un poco mi yo actual. Creo que en Diciembre dejé de lado a la Noemí dulce e inocente y pasó a protagonizar mi vida una Noemí que suda de los estereotipos, que respira, que pisa fuerte, que las opiniones del resto le importan poco, que por fin soy yo misma. Y me siento mejor persona. Sí chicas, a todas nos gustan las visitas inesperadas, que el chico que nos gusta se presente en nuestra casa o en nuestro lugar de trabajo y nos de una sorpresa, regalos así porque sí, sin venir a cuento. Pero, os voy a contar un secreto: A ELLOS TAMBIÉN. No os hacéis una idea de lo gratificante que es romper con lo establecido. Dejar de lado los estándares de una relación y pasar a la igualdad. Porque conozco chicas que opinan que debe ser el chico quién debe dar, y la mujer únicamente sentirse mimada. A mi me puede dar un pampurrio si llego a ese punto. Que sí, que yo antes era de esas. Pero no me llenaba, al final te encuentras con un gilipollas manipulador y pasas a ser un marioneta. Por eso es mejor luchar por la libertad y la igualdad. Que si hay que discutir por pagar la cuenta y terminar con un cónclave de besos y un revoltijo de sábanas (voy a ser fina hablando) pues se termina. Que las mujeres también somos activas sexualmente y nos gusta ¡Sorpresa! Siempre y cuando no me vea forzada a ello, al menos en mi caso. He aprendido a disfrutar de la vida, de los pequeños momentos, que el aquí y ahora cobra especial importancia, porque mañana puede terminarse el mundo y a ti te quedan cosas por hacer. Se tú misma, olvídate de todo lo que piensen los demás. Una mente loca es mucho más sexy que alguien que sigue patrones de conducta. Desmelenate, rebelate, rompe con las cadenas de una sociedad que nos toma como débiles. Haz lo que te apetezca y que le jodan al mundo. Sobre todo se feliz.

lunes, 6 de junio de 2016

Y pasa porque tiene que pasar.

"Acuérdate cómo fue, de lo que sentiste aquella noche. Y pasa porque tiene que pasar, y pasa porque aún te sientes vivo. Porque estábamos los dos y la noche quiso ser noche. El sonido que susurraba mirándonos. Cómo pudimos parar el tiempo, si solemos correr detrás de él, pero aquella noche era diferente. Y pasa porque tiene que pasar, y pasa porque aún te sientes vivo. Porque al fin y al cabo la vida no es más que un tiempo corto que te da la oportunidad de salir de lo establecido, de sentirte agusto y sentirte bien. Porque esa noche solo nos escuchábamos a nosotros, solo había luces, y era la de la luna, la de la luna y la de tus ojos, que brillaban tumbados mirándome, estaban contentos. Escuchabas esa voz que te decía "está pasando" y está pasando ahora, y el ahora se convirtió en para siempre. Porque en la vida ríes y lloras y vuelves a ello una y otra vez. Y al día siguiente volverás a lo establecido y volverás a esa rutina, pero no será lo mismo. No será lo mismo porque te acordarás de aquella noche, la noche en que te saltaste las normas, conmigo. Y pasa porque tiene que pasar, y pasa porque aún te sientes vivo, y pasa porque tiene que pasar, y pasa porque estás conmigo."


viernes, 20 de mayo de 2016

¿El sexo débil? ¡Y una mierda!

Nos hicieron creer que somos el sexo débil, y lo peor de todo es que nos lo creímos. No puedo contar la de veces que algún hombre se ha ofrecido a ayudarme cuando me veían "débil". ¿Débil? ¿A santo de qué? ¿Por verme con los brazos delgados? ¿Por verme con cara de niña? ¿Cómo funciona vuestro radar de personas débiles? No considero que tenga poca fuerza, ni mucho menos que sea débil. Pero la sociedad nos ha metido ese estereotipo en la cabeza y a ver quien se pone ahora a quitarlo.

El otro día tuve una disputa con un chico, por pagar la cuenta de lo que habíamos tomado. Su frase fue "Como buen caballero tengo que pagar yo". No pude por menos que romper a reír. Así que decidí argumentarle los motivos por los cuales odio a los tíos que van de caballeros por la vida. Si puedo, pago, si no puedo, no pago. Es así de sencillo. Creo que mi sentimiento hacía la autonomía se ha afianzado a raíz de trabajar. Da gusto tener independencia para ir y venir sin depender de nadie (bueno, dependiendo del bus, pero es lo de menos). Hace tiempo que las princesas nos convertimos en guerreras y no precisamos de la ayuda de un caballero andante. Un poquito de igualdad no estaría mal. Que sí, adoro los pequeños detalles, las visitas inesperadas, los regalos así porque si, sin venir a cuento ni tener nada que celebrar. Pero se que a vosotros también os gustan. Porque, chicas, no cuesta nada presentaros en la puerta del tío que os gusta y mostrarle los ovarios que tenéis de hacer las cosas (y presta demasiado como para no hacerlo). Cometed locuras. Pero nunca, y repito, NUNCA os arrastréis por un tío hasta rozar la desesperación. Sed vosotras mismas y al que no le guste, que marche por la puerta.

martes, 17 de mayo de 2016

Cuando las cosas dejan de doler. Cuando la indiferencia se apodera de ti

Es muy cómodo cuando las cosas dejan de doler. Cuando el pasotismo es la cura a todos los males. Cuando ya no te quedan fuerzas ni para chillar. Es muy cómodo y sencillo. Tan sencillo como cerrar una puerta y no girar la vista atrás. Tan sencillo como dejar de tirar de una cuerda para mover una gran roca. Tan sencillo como dejarse de esforzar.
Me encuentro en ese momento. En el momento en el que no obligo a nadie a quedarse, quien vaya cagándola y separándose que no sueñe que agarre fuerte la cuerda, porque ya me quemé durante quince meses para terminar destrozada personal y físicamente.
Lo mejor es que la gente cree que así eres débil. Por no plantar cara a las cosas y dicen que el que calla otorga. Amigos míos, para volverte una persona fría tienes que dejar de lado todo aquello que sientes, aprender a controlar tus emociones y mostrarte indiferente. Eso demuestra que eres más fuerte de lo que creen. No mostrar ni un ápice de debilidad. Que crean que todo te da igual. Es mejor callar que comenzar una guerra que no tendría ni pies ni cabeza y lo único que hará será destruirte por dentro.
He aprendido a dejar de luchar, no vale la pena. Quien se quiera quedar, lo hará, quien no huirá sin remordimientos, a la espera de que no seas una "egoista" y le dejes marchar. Pero... ¿quién es el egoista en realidad? Yo no lo llamo egoismo, lo llamo amor propio.
No importa si por dentro el dolor te desgarra, llegará un momento en el que ni sientas dolor. No importa si por dentro gritas, ya no te quedarán fuerzas para alzar la voz por encima de la sociedad. No importa nada. Simplemente sonríe, respira hondo y sigue adelante. Es lo más cómodo.

sábado, 7 de mayo de 2016

La verdad versus la mentira

Toda la vida han intentado enseñarme que con la verdad se llega lejos y que la mentira tiene las patas muy cortas. ¿Eso es cierto? A lo largo de mi vida me he encontrado con más gente mentirosa que sincera. Con personas que "luchaban" por un mundo justo y llenaban su vida de mentiras. Personas que me decían "soy transparente" y ahí había 200 capas de vida.
Durante toda mi vida he intentado ser sincera, en mayor o menor medida, he intentado decir lo que pienso en cada momento y no callarme ante cualquier injusticia. Y claro, así me ha ido... Todas, absoluta y plenamente todas las personas se pavonean de ser sinceras, de no mentir nunca y esa es la primera gran mentira que te dicen.
Yo reconozco que evito mentir, si me caes mal voy a decírtelo, si algo me parece mal voy a quejarme y si se comete una injusticia, un acto que dañe la integridad plena de una persona voy a ser la primera en defender a aquella personas. Siempre voy con la verdad por delante, intento ser totalmente transparente. La verdad es que en ese sentido no tengo filtro, me hicieron de tal manera que si estoy bien se notara a leguas, pero si algo no me gusta también se me notara a leguas.
La verdad, de momento, en algunos casos, no me ha llevado por un camino de rosas. Me ha hecho llorar, chillar, arrepentirme, querer mandarlo todo a la mierda, huir. Por mucho que el resto de personas me dijeran que lo había hecho bien, son muchas las que por ser sincera te miran por encima del hombro, te odian de por vida o te dejan de hablar.
Si bien es cierto que alguna mentira si que he utilizado. Aunque más que mentira yo lo denominaría omisión de parte de la información. Puedo contar algo, pero se hasta que punto hay ciertas personas que quiero que sepan las cosas y otras muchas que no quiero que sepan partes de la historia.
Lo que si se, a ciencia cierta, es que por muy sincera que me hayan querido hacer. Por mucho que mis padres me hayan intentado inculcar que con la mentira no se llega a ningún sitio. Por más que, a veces, la vida me demuestra que la mentira hace que pierdas gente y caigas en picado. Yo, por mi experiencia, voy descubriendo poco a poco que la verdad trae demasiados problemas. Pero que me niego a dejar de ser sincera.

jueves, 14 de abril de 2016

Querido A

Querido A:
Sí. Fuiste un error. Pero no en toda tu plenitud. Sino en la segunda parte. Como un partido de fútbol que ya está perdido, pero los jugadores salen aferrándose a la idea de que pueden ganar. Yo me aferré a la idea de que las personas cambia. No te odio, he comprendido que no vale ni la pena. Tampoco te guardo rencor. Considero que es mejor perdonar y no volver a cometer los mismos errores. Hasta hace un mes solamente esperaba que el karma actuase, que te jodiese la vida. Que te pasara como a mi. Enamorarte de alguien hasta las trancas y que ese alguien te arrancara la vida poco a poco, te anulara como persona y luego intentases salir adelante. Simplemente para que vieras lo que es sufrir en su estado más pleno y completo. Ahora hago mi vida. Me da igual si vas o vienes. A quien te follas y a quien no (y creeme que es complicado cuando en la Universidad debes tener espias que saben tu vida mejor que una lección de psicología del desarrollo). Pero me he cansado de escuchar cosas sobe ti, se más de lo que tú sabes sobre mi. Solo se que me merezco ser feliz y que vivir anclada al sufrimiento del pasado no compensa. He aprendido a valorar las cosas sencillas, a que el tiempo que una persona me regala es oro. He aprendido a respirar hondo, a relajarme. Ahora comprendo que cuando alguien te valora no te quita tiempo, te respeta y te deja seguir tu ritmo de vida, quedándose en segundo plano. Y he descubierto que con esas personas es con las que vale la pena perder el tiempo. Porque hay alguien con quien no me importa perder una tarde de estudio cuando me dejan tropecientas para mi. Si, también he descubierto que no eras tan bueno como te pintabas en muchos aspectos. Pero no me importa. El karma, destino, o lo que sea que hay, está actuando y pone a cada "tonto en su lugar y a cada payaso en su circo". Yo, de momento, no me puedo quejar. El Domingo me marqué un antes y un después conmigo misma, decidí convertirte en un tema sin importancia y volver a vivir. He de reconocer que no me va ni tan mal.
Esto es una despedida en todos los aspectos, siento si te jode, tenia que hacerlo. Pero en este blog ya no va a haber nada por lo que te ponga cachondo discutir y tener una excusa para hablarme. Se feliz, si es que comprendes ese término. Yo, poco a poco, lo voy siendo.
Adiós.

domingo, 10 de abril de 2016

Momentos.

No os ha pasado, a veces, que estais con una persona y es como si el tiempo se parase. No importa si el sol se esconde y comienza a llover a mares (This is Asturias, amigos). No importan las personas que pasen alrededor, ni el sitio en el que esteis. Simplemente importa esa persona. ¿Conocéis esa sensación? Después de un golpe fuerte crees que no vas a poder volver a sentir algo así, que es muy difícil volverse a fiar de alguien sin pensar que tiene segundas intenciones, que estás muy cómoda con tu soledad, haciendo lo que te da la gana, sin dar explicaciones a nadie. Hasta que llega alguien que te jode los esquemas, que se propone volver loca tu vida sin hacerte sentir mal, sin forzarte, mostrandote lo bello que tiene ser mujer y que ese cuerpo debería ser más explotado. Alguien que puede llamarte "guapa" decenas de veces, que consigue que te sonrojes cada cuatro frases. Que vuelves a ser incapaz de mirar fijamente unos ojos color caramelo, pero no duele. Que hace cualquier cosa por verte bien. Pero a la vez te da tu espacio, tu tiempo, te deja ser tú misma. Que bromea, le quita hierro al asunto y te pide que disfrutes del momento. Aquella persona con la que te encuentras tan agusto que no te importaría volver a ver. ¿Sabéis a lo que me refiero? Pues en ese momento de paz conmigo misma me encuentro. Y es el mejor de los momentos.

domingo, 3 de abril de 2016

Tu reflejo

*Toc, toc, toc* ¡Ey, tú! Si, te estoy hablando a ti. ¿Me ves? Soy tu. O una realidad de ti misma. Soy lo que tú quieras que sea. Pero no voy a ser en lo que él quiere conventirte. Lo que ves aquí es una mujer fuerte, guapa e inteligente. Que no se deja comer por nadie. Una mujer libre y autónoma. Soy la mejor parte de ti misma, aunque no quieras reconocerlo. Soy tus ganas de vivir, de levantarte cada mañana. Ven, acércate un poco más. ¿Me ves mejor? Fíjate bien. Ahora sí. Ese brillo en los ojos te pertenece. Es aquello que debe darte fuerzas para romper con tu pasado y lanzarte a un futuro mejor. El chico al que estás enganchada no te quiere. Bueno, desde este lado se ve que te quiere, pero hundir. Terminar con tu personalidad para siempre y que seas suya. No creas sus palabras de amor, cuando cinco minutos después te lanza amenazas. Recuerda que quien importa eres tú y que lo que dice puede hacerse realidad. Y tú y yo podríamos desaparecer para siempre. ¿Dónde quedará todo lo que nos queda por vivir? Mañana cuando me veas sonrie y cómete el mundo.
Te quiero con locura,
Fdo. Tu reflejo

lunes, 7 de marzo de 2016

Pasado página

Creo que por fín. Ha llegado el momento. Ya no duele pronunciar su nombre, las pesadillas ya no me atormentan. Se ha terminado el tener miedo al andar por la calle, el vivir obsesionada por si veía su coche. No se en que momento pasó, no sé en que instante mi cuerpo empezó a preocuparse de su bienestar y mi cabeza a desconectar esa parte que dolía. Pero está hecho. He pasado página. Muchos me diréis que ha sido poco tiempo. Si, muy bien, de acuerdo. Pero ha dolido lo suficiente como para tener el orgullo de querer cuidarme a mi misma. Llegó mi momento. Me considero más fuerte de lo que normalmente soy. Aquí termina una etapa de mi vida en la que ha habido cosas buenas, pero también malas que han terminado con la Noemí que existia hace 17 meses, para transformarla en otra que tan siquiera se reconocía. Pero poco a poco he sabido salir adelante, descubrir que, a pesar de los intentos por cambiarme, la parte que me modeló sin yo darme cuenta se fue con él y conmigo apareció una Noemí mucho más fuerte, mucho más madura. Este es mi momento. Llegó la hora de mostrarme a mi misma de lo que soy capaz.
"Nos hicieron pequeños, nos soñamos gigantes"
PD: pasar página no implica lanzarme a los brazos de otro.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Por ello no dejo de ser más adulta, ¿O si?

Una vez alguien me dijo que hiciera todas las locuras que pudiera mientras aún era joven. Pero que solamente pudieran disfrutar de ellas unos pocos privilegiados, porque sino todo el mundo iba a terminar tachándome de inmadura. Soy una chica bastante madura para mi edad, ya no lo digo yo porque sonaría egocéntrico y pretencioso, me lo dice el resto de la gente, pero también tengo mis bobadas de chica de 21 años. Me encuentro en ese momento en el que tengo que ser adulta y a la vez no quiero dejar a la niña que llevo dentro (me quedan dos meses para los 22 y ni lo había pensado). Si, puedo comportarme como una adulta cuando es necesario, pero tan solo unos pocos saben que me puede dar la risa floja por cualquier bobada y pasarme horas riendo, que puedo reír y llorar al mismo tiempo y que soy fan de todas y cada una de las películas de Disney (y que se admiten maratones de las mismas). Pero no por ello dejo de ser más adulta, ¿O si?

martes, 16 de febrero de 2016

Caperucita dejó de llorar y decidió darle patadas a la vida.

Y estaba enganchada a él. Como un drogadicto a la heroína. Cono un ratón de biblioteca a un buen libro. Como un compositor a su guitarra.
Se había estancado. Su vida no avanzaba y se sentía perdida en un mundo que no paraba de girar.
Había echado al lobo de su vida, para siempre. Pero el lobo, en esos quince meses consiguió moldear a Caperucita y ahora que el lobo se había ido, una parte de Caperucita lo hacia con él. Y así fue como Caperucita se quedó sin cuento, pero puso fuerza y voluntad para crear su propio cuento.
Así fue como, por primera vez en la historia de los cuentos, Caperucita no era la víctima.

lunes, 1 de febrero de 2016

Febrero

Febrero. Mes nuevo, vida nueva (ya, ya se que es año nuevo y vida nueva. Soy muy de cambiar dichos). Mi madre hace dos dias me dijo: "A partir de ahora cuando te levantes y te mires en el espejo pregunta ¿Qué ves? Porque te devuelve el reflejo de una mujer fuerte y valiente". Ayer una gran amiga me dijo "Cuqui, eres una de las mujeres más fuertes que conozco, no te puedes dejar comer por nadie". Ambas tienen razón, a pesar de ser "yo misma", poco a poco fui moldeada para ser alguien que no quería, sin darme cuenta. Todo empezó con pequeñas cosas, pequeños detalles que fueron cambiandome como persona, anulando esa fuerza hasta convertirme en una marioneta a su gusto. Si, seguia teniendo mi caracter, pero consentia demasiadas cosas. Ahora estoy desorientada en un mundo que sigue dando vueltas, que no se para a esperarme y no puedo seguir así. Tengo que volver a encontrar a la Noemí de hace un año, demostrarme a mi misma que no se fue tan lejos. Enseñarme que, al final, no fui tan condicionada como parece que lo estoy y que esa parte de mi sigue escondida en algún lugar. Que no se ha ido con el primer insulto. Que esa parte de mi no se fue con él. Algo empezó a cambiar en verano y creí que me sentia mal por no estar con él. En realidad es que esa parte de mi que estaba escondida volvía a salir. En cambio opté por enterrarla de nuevo.
Esta vez toca levantar la cabeza y demostrarme a mi misma que soy una mujer con ovarios.
Bienvenido Febrero, bienvenida nueva vida.

miércoles, 27 de enero de 2016

Hacía mucho tiempo...

Echaba de menos esta sensación. El hecho de poder salir de clase y ponerme ropa de "andar por casa". No preocuparme por tener que escribir a alguien un whatsapp para contarle donde estoy, no tener que preocuparme por llamadas o tener que salir de casa en una de mis tardes de descanso...

Me gusta la soledad. En su justa medida, eso sí. Pero hacía mucho tiempo que no me permitía el privilegio de ver una serie, tirarme en la cama con un buen libro o simplemente escribir en el blog. Hacía mucho tiempo que no me planteaba "hacer nada" durante todo el fin de semana, dedicarme a mi misma y a trabajar.

Es la primera vez en mucho tiempo que puedo dejar de preocuparme por el reloj, o por lo que otras personas opinen y disfrutar de mi tiempo sin que crean que "estoy en casa tocándome las tetas" (que es una práctica a la que no me dedico). Puedo pasarme el fin de semana viendo series o una película sin la necesidad de verla con alguien.

Sobretodo echaba de menos el momento "lectura". Ese momento en que me aferro a un buen libro y nadie me interrumpe. Solo estamos la novela y yo. Es una sensación realmente maravillosa que, por culpa del whatsapp o de tener cobertura, yo había dejado de hacer (y que ni se me ocurriera poner el móvil en modo avión).

Me siento bien con esta nueva etapa de mi vida en la que he interiorizado que no tengo la necesidad de compartir mis días con otra persona que, al final, no respeta mis planes, ni mis espacios, ni mis tiempos. No estoy criticando a nadie, ni haciendome la víctima. Simplemente me encanta ser yo misma.

Tengo muchas ganas de este fin de semana, para poder dedicarme todo el tiempo del mundo.