domingo, 10 de abril de 2016

Momentos.

No os ha pasado, a veces, que estais con una persona y es como si el tiempo se parase. No importa si el sol se esconde y comienza a llover a mares (This is Asturias, amigos). No importan las personas que pasen alrededor, ni el sitio en el que esteis. Simplemente importa esa persona. ¿Conocéis esa sensación? Después de un golpe fuerte crees que no vas a poder volver a sentir algo así, que es muy difícil volverse a fiar de alguien sin pensar que tiene segundas intenciones, que estás muy cómoda con tu soledad, haciendo lo que te da la gana, sin dar explicaciones a nadie. Hasta que llega alguien que te jode los esquemas, que se propone volver loca tu vida sin hacerte sentir mal, sin forzarte, mostrandote lo bello que tiene ser mujer y que ese cuerpo debería ser más explotado. Alguien que puede llamarte "guapa" decenas de veces, que consigue que te sonrojes cada cuatro frases. Que vuelves a ser incapaz de mirar fijamente unos ojos color caramelo, pero no duele. Que hace cualquier cosa por verte bien. Pero a la vez te da tu espacio, tu tiempo, te deja ser tú misma. Que bromea, le quita hierro al asunto y te pide que disfrutes del momento. Aquella persona con la que te encuentras tan agusto que no te importaría volver a ver. ¿Sabéis a lo que me refiero? Pues en ese momento de paz conmigo misma me encuentro. Y es el mejor de los momentos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sí la has leído, ¿qué menos que comentar?