Soñar

¿Quién no lo ha hecho nunca? ¿Quién no ha imaginado que su príncipe vendrá a recogerla? La que sea libre de pecado, que tire la primera piedra.
Hoy, después de mucho tiempo he vuelto a soñar con príncipes y princesas, con castillos y murallas, dragones y brujas.
He vuelto a creer que quedarme mirando a alguien con cara de interesante vale la pena y he vuelto a saber que las ilusiones existen.

Pequeños detalles

Llego antes del instituto por ver como llega con su Kia negro de asientos rojos. Me conozco cada uno de sus movimientos, su torpeza al intentar encontrar un lugar donde aparcar en esta calle, que parece la Gran Vía. Me conozco sus cinco tipos de sonrisas, su manera de saludar hacer malabares cuando se le escapan las llaves del coche. He visto a todas sus novias de los últimos dos años, y las he odiado también a todas. Me conozco todos sus carhats, sus vaqueros desgatados y sus bajos rotos. Se que le que encanta el rap y que canta debajo de la ducha, que odia que alguien abra el grifo mientras el agua le cae por el cuerpo y pega demasiadas voces cuando eso ocurre. También me he enfadado con él, le he insultado y chillado e incluso dejado de hablar. Me conozco su voz en formato susurro, enfado y neutral. Porque ha pasado de ser alguien completamente inexistente a tenerte que ver todos los días. Su moto y esa manía de colgar las gafas después de haberlas usado con dos pinzas de la ropa... Salir a tender en los días más fríos solo por encontrarme con su sonrisa y sobre todo por oírle hablar. Que a pesar de sacarme ocho años, es un chico encantador.

A esto lo llamo yo una paranoia inspiradora...

El chico mira por la ventana, en realidad no es mucho lo que se ve, tan solo un enorme patio de luces, pero incluso eso consigue relajarle. Intenta evadirse de todo, desaparecer en ese horror. Cualquier esfuerzo por desaparecer es imposible. A lo lejos, en el salón de su casa se oyen los gritos de sus padres. Discuten otra vez. En realidad lo llevan haciendo desde hace un par de meses, pero esta última semana todo se ha profundizado más. Incluso se atrevería a apostar que su padre propina palizas a su madre. Pero no está seguro. Cuando comienzan a discutir procura esconderse en algún sitio lo suficientemente alejado del lugar. Pero ese día todo es diferente. Las voces son mayores. Los llantos de su madre se ahogan entre los gritos sordos de su padre. No sabe que hacer. Tiene miedo. Quiere salir. Gritar. Obligarles a parar. Pero no se atreve, por miedo a la reacción que puedan tener.
En aquel momento se oye un ruido. Algo rompiendose. No llega a comprender que ocurre. Los gritos han cesado. En realidad la casa se ha quedado en total silencio. El chico se acerca a la puerta para poder escuchar mejor. Lentamente la abre. Nada. Todo está en silencio, incluso donde antes sus padres estaban en bronca ya no se oye nada. Sale al pasillo. El silencio resulta incluso incómodo. Intenta dar unos pasos pero una sombra se lo impide. Es su padre. En aquel momento todo pasa demasiado rápido. Su padre huye de la sala como un niño que sabe que ha hecho algo malo por lo cual le van a castigar. El joven, sin saber muy bien que hacer se aproxíma hasta el salón y encuentra allí el cuerpo abatido de su madre. Preso de la locura, llora. Chilla. Maldice el día en el que su madre conoció a ese ser. Ahora la ha perdido. Ahora tan solo le queda el leve recuerdo de las noches frías de invierno cuando le cantaba canciones antes de dormir...

Quizá no esté del todo bien

Que no es lo mejor lo reconozco hasta yo, que fui la que tomó la decisión. Ahora me duele, aunque nose tantear si más que a mi, la verdad tampoco quiero saberlo.

Claro que reconozco que no todo sea perfecto, que no esté del todo bien y que me vaya lamentando por las esquinas como una caprichosa, me escondo bajo un rol de "dura" que ni tan siquiera se aparentar.

Me flaquean las fuerzas cuando te veo, pero dicen que es normal, que con el paso del tiempo todo se olvida, que simplemente has sido un amor adolescente, que hay más peces en el mar, que un clavo saca a otro clavo y demás parafernalia...

Quizá no esté del todo bien, pero sea mejor así

Echar de menos...Algo normal

Jugando a ser mayor no avanzo nada. Es más, parece que doy pequeños saltos hacía atrás. Cada día que pasa me siento un día más atrás y así consecutivamente. Qué fácil sería todo si pudiera borrar todos mis recuerdos ¿no? Odio sufrir, como todas las personas humanas de este mundo. ¿A quién le gusta tener que decir adiós a alguien si saber por qué? O ¿Quién quiere tener que asimilar que alguien se ha ido y solo tiene que permanecer en su corazón? Descubriendo que cada momento que pasa se olvida de su rostro y de su voz. Duele, saber que todo tiene que acabar. 

Jugar a tener que olvidar todo un año de golpe, hacer como si nada hubiera pasado y empezar prácticamente de cero. ¿Error? Podéis llamarlo como más os guste. Nose si estoy haciendo lo correcto, me encuentro en una bifurcación y tengo que elegir entre el camino de la izquierda o el de la derecha, y quizá por inmadura no me quiera enfrentar a ninguno de los dos.

Finalmente creo que me decidiré por alguno antes de seguir torturándome con esta dichosa máscara de "chica dura".