lunes, 19 de octubre de 2015

Maestra.

Estoy cansada de escuchar la frase "Tu Ciclo Formativo es fácil", "el grado en maestro de educación infantil está tirado" y de ver cómo hay compañeras que están en la carrera porque en otra no les cogieron y eso era lo más sencillo. Ser Educador Infantil no es fácil y ser Maestro de Infantil, tampoco. Marcamos un antes y un después en la educación de los que, en un futuro, serán ciudadano de a pie. No solo nos encargamos de cambiar pañales, darles de comer o "aguantarles" como he oído tantas y tantas veces. Tenemos en nuestra mano el poder de cambiar a la sociedad. Transmitir una base de valores, unas rutinas, una manera de actuar y de ver la vida. Tenemos el poder de modelar y moldear a los futuros jóvenes y adultos.. Muchos se creen que se cobra una millonada, y sí, lo cobramos en sentirnos realizadas como personas. Que queremos ser maestros por las vacaciones. Y en realidad, detrás de tanto materialismo, se encuentra la satisfacción personal de encontrarte por la calle un niño de la Escuela Infantil o del colegio y que te reconozca, que se pare a saludarle o escucharle decir "Mira, esa es mi profe". Es ahí cuando sabes que has hecho algo grande, algo muy grande. Porque cogemos a la parte más indefensa de la sociedad, la más dependiente, para hacerla fuerte, muy fuerte.

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