domingo, 8 de julio de 2012

Dolor

Es como un nudo en la garganta que me impide respirar. Esas inconfundibles ganas de llorar se agolpan en mi cuerpo. Dejarse comer la cabeza o creer que el otro lo hace mal. Estar en el medio y no saber que camino escoger, que paso dar, hacia donde mirar. Si algo tengo claro es que nunca se me dio demasiado bien, poner las cartas sobre la mesa. A veces querer que todo salga bien no está de mi mano. Querer saberlo todo conlleva sufrir o no. Pero... ¿Cuánto soy capaz de saber sin echarme a llorar? Quizá mi mente esté proyectando una realidad que no es verdadera. Si todo pudiera ser como al principio, sin malos rollos, siendo un grupo, una gran piña... Si pudieramos dar un poco marcha atrás...

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