ÉL.

Como RJ en "Carolina se enamora". Le adoro. Es capaz de matar a todo aquel que me hace llorar, por mínimo que sea. Soy y seré su niña, a pesar de ser mayor de edad. Sonrío como una tonta a carcajada cuando pienso en él y le echo de menos cada vez que me falta. Es difícil decir lo mucho que me hace falta en mi vida. Amenaza incluso a sus compañeros y amigos si quieren ligar conmigo. Pero si le presento a algún "amigo con derecho" (cómo él los llama) es el que mejor se comporta. Y es que cuando alguien te hace sentir tan feliz, te valora muchísimo. Si le pido la Luna, aunque no pueda, termina dándomela. Me gusta que me mime, aunque discutimos muchísimo. Odia que le de mimos, aunque luego el mimoso es él. Con una de sus frases consigue hacerme reir, aunque la palabra sea tan absurda como "pito". No es uno entre un millón, es el millón que llena mi vida. Si ve que me necesita o me echa de menos tiene sus tácticas para conseguir que suba a Pola de Siero en un autobús, abandonada. Es un payaso. A su lado los problemas se hacen insignificantes. Y es que me siento afortunada de tenerle a mi lado, durante tanto tiempo y saber que nunca me va a fallar me hace sentirme segura. A veces es algo exagerado, pero no me importa. Y es que os anuncio que hermano especiales existen, pero el mio los supera a todos con creces. Es el mejor de los militares y cuando le veo en cualquier acto oficial se me sube el orgullo. Qué me encanta él en todos los sentidos. Brindo por cada recuerdo a su lado: Esa canción al volver del cole, esos tazones enormes con chocapic,  las noches con la Sega, cenas sorpresas, escapadas, noches de fiestas, películas, limpieza de pies a las cuatro de la mañana, su manera de enseñarme a escalciar la sidra, regalarme a la niña más guapa del mundo. Y sus frases de ánimo, que todavía me pregunto de dónde las saca, es un cielo. Es mío. Para siempre. EL MEJOR.